En principio, el líquido libre de radionúclidos excepto tritio, se diluirá con agua de mar a un 40 por ciento (según establecen las normas de seguridad japonesas) y se verterá en el océano a un kilómetro de la planta de energía a través de una tubería submarina, reseñó la prensa nacional.
Al frente de las operaciones de descarga, previstas para 2023, estará la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco), la cual podrá construir las instalaciones requeridas cuando reciba el consentimiento de las localidades aledañas a Fukushima I, precisó la agencia Kyodo.
El fallo de la NRA parte de debates anteriores sobre el método de comprobación de la concentración de tritio y otras sustancias contaminantes en el agua almacenada, así como la evaluación del impacto para el medio ambiente circundante y las personas, publicó NHK.
El organismo de control también examinó el funcionamiento del sistema de dilución y el protocolo a seguir para suspender la descarga ante situaciones extraordinarias como un mal funcionamiento de los equipos, terremotos o tsunamis.
La decisión de la NRA será oficial y definitiva luego de escuchar las opiniones del público, que hasta la fecha ha mantenido una postura renuente a la liberación del agua radiactiva.
A propósito, el secretario jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, dijo en conferencia de prensa que la Autoridad de Regulación Nuclear y el Organismo Internacional de Energía Atómica confirmarán firmemente la seguridad.
Asimismo, destacó que su gobierno trabajará en aras de conseguir la comprensión de las partes interesadas, desde los pescadores y consumidores hasta los países y regiones vecinos, con quienes mantendrán una comunicación constante y clara.
Tras el accidente atómico de 2011 en Japón, el agua utilizada para enfriar los reactores nucleares derretidos de Fukushima I se acumuló en contenedores dentro del complejo, mezclada además con agua de lluvia y subterránea contaminadas.
El gobierno nipón decidió que la creciente cantidad de agua tratada no puede seguir almacenándose en las instalaciones de la central y depositó su confianza en el plan concebido por Tepco.
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