El titular confirmó que tras una inspección en mercados de diferentes ciudades se comprobó un incremento de hasta 2,50 bolivianos (unos 0,36 dólares) por kilogramo.
Comentó que ahora en la ciudad de Santa Cruz, donde la carne de pollo costaba 13,50 bolivianos (1,92 dólares), ya ha habido una rebaja de entre dos (0.28 dólares) y 1,50 bolivianos (0,21 dólares).
Una situación similar se observa en Cochabamba, con una disminución del kilogramo en relación a la semana anterior de entre 1,50 y dos bolivianos al igual que en Oruro.
Según el vicetitular en la ciudad de El Alto se observa una disminución de entre dos y 2,50 bolivianos respecto a los siete días precedentes, tal como ocurre en el departamento de Tarija.
Una supuesta escasez de maíz en las últimas semanas provocó demandas de empresarios, quienes reclamaron al Gobierno la importación y siembra de grano transgénico e incrementaron los precios de la carne de pollo y de cerdo.
Las estructuras gubernamentales advirtieron que se trataba de una crisis artificial pues existe un superávit de 34 mil toneladas en la cosecha del grano.
Informó el viceministro que “se ha identificado a cuatro empresas que estarían almacenando el maíz en grandes proporciones en Santa Cruz”, pero se averigua “si se debe a un factor de acopio para la producción o a una especulación”.
Precisó Silva que, junto con otras instituciones estatales, “se realizarán acciones” y de verificarse alguna irregularidad, “se tomarán las acciones penales que correspondan”.
Insistió en que no se puede aumentar los precios sin el permiso de la autoridad pertinente.
“Lo mismo pasa con el agio, estarían generando una ganancia ilícita, por lo que, si tomamos acciones, estaríamos iniciando acciones por (el delito de) ganancias ilícitas”.
En relación con el tema, el viceministro de Desarrollo Rural, Álvaro Mollinedo, declaró a La Razón Radio que los empresarios productores de maíz se dedicaron a cultivar soya debido al alto precio internacional “con el que cuenta en este momento”.
“Se ha bajado la producción de maíz, porque más se ha priorizado producir la soya”, criticó Mollinedo.
Reiteró el vicetitular que los grandes productores que cultivan entre cinco mil y 10 mil hectáreas del alimento habrían disminuido su producción porque están pensando en su economía y no en el beneficio colectivo de la sociedad.
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