El evento, que se desarrolla durante toda la semana, tiene lugar en un momento en que el trabajo infantil ha aumentado en todo el mundo desde 2016.
Las últimas cifras muestran que 160 millones de niños -casi uno de cada 10 niños en el orbe- trabajan y los números van en aumento, especialmente en el grupo de edad de cinco a 11 años.
Las voces de los niños y adolescentes ocuparon el centro de la inauguración que incluyó un llamado a la acción urgente con una demanda común: «Nada sobre nosotros sin nosotros».
El presidente sudafricano, Cyril Rhamaphosa, pidió a los delegados que tomaran «acciones de gran alcance» para marcar la diferencia en la vida de los niños.
«Ninguna civilización, ningún país y ninguna economía pueden considerarse a la vanguardia del progreso si su éxito y su riqueza se han construido sobre las espaldas de los niños», amplió.
En tanto, el director general de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, comentó que algunos consideran el trabajo infantil una consecuencia inevitable de la pobreza, y por tanto debe aceptarse.
«Pero esto es un error. Nunca podemos resignarnos al trabajo infantil. No tenemos que hacerlo. Es esencial abordar las causas profundas, como la pobreza de los hogares. Pero no nos equivoquemos, el trabajo infantil es una violación de un derecho humano básico», insistió.
Este año, por primera vez la Conferencia Mundial sobre el tema se celebra en África, una región en la que el trabajo infantil es más elevado y los progresos son más lentos.
Durante la semana se concienciará sobre el problema, expertos evaluarán los avances, movilizarán recursos y establecerán una dirección estratégica para el movimiento mundial contra el trabajo infantil.
Se espera que la conferencia concluya con un «Llamamiento a la Acción de Durban» que esbozará compromisos concretos para ampliar la acción para eliminar el trabajo infantil.
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