De acuerdo con Grant Fitzner, economista principal de la ONS, el aumento del 54 por ciento en el precio de la electricidad y gas que entró en vigor el mes pasado fue el detonante principal para el alza inflacionaria interanual.
El experto agregó, no obstante, que el costo de los metales, los productos químicos y el crudo continúa creciendo, motivado por los incrementos en los productos alimentarios, el equipamiento del transporte y la maquinaría.
El ministro de Hacienda, Rishi Sunak, afirmó, por su parte, que todos los países del mundo están enfrentando una creciente inflación como resultado de los altos precios de los combustibles a nivel global.
Según Sunak, aunque el gobierno no puede proteger a todos los británicos de esos retos globales, está brindando un apoyo significativo a las familias de más bajos ingresos, y que está listo para tomar otras acciones.
El gobierno conservador liderado por el primer ministro Boris Johnson hace caso omiso, sin embargo, a la propuesta de los laboristas de imponer un impuesto único sobre las ganancias de las petroleras, y usar los fondos recaudados por ese concepto para ayudar a reducir el precio de la electricidad y gas.
El Banco de Inglaterra, que a principios de mes subió los tipos de interés hasta el uno por ciento, predijo que la inflación podría superar el 10 por ciento para el cuarto trimestre del año, cuando está previsto un nuevo incremento de la tarifa energética.
De acuerdo con encuestas recientes, la crisis del costo de la vida obliga a una de cada cuatro personas en Reino Unido a saltarse al menos una de las comidas del día.
El tanque pensante británico Food Foundation alertó la semana pasada que siete millones 300 mil personas, entre ellos 2,6 millones de niños, están en riesgo de sufrir inseguridad alimentaria debido al alto precio de los alimentos.
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