El informe, publicado por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), pintó un vívido retrato estadístico de una nación que se arma hasta los dientes con casi 400 millones de artefactos letales en manos de la población.
Las cifras revelaron una industria en alza, con un aumento de la producción nacional anual de armas para civiles de 3,9 millones en 2000 a 11,3 millones en 2020 (último año del cual se cuentan datos), con ventas al exterior que se incrementaron en 240 por ciento en igual periodo de tiempo.
El documento de la ATF dio cuenta de cómo cambiaron las preferencias de compra, pues las pistolas semiautomáticas superaron en ventas a los rifles, lo cual indica que el motivo de tales adquisiciones no es principalmente el deporte o la caza, sino la protección personal.
Como si no fuera suficiente con los artefactos de fabricación nacional, Estados Unidos importó seis veces más armas en 2020 en comparación con lo adquirido 20 años antes y las fuerzas de seguridad pública confiscaron en 2021 más de 19 mil armas caseras, sin registros ni manera de monitoreo.
Esa información resalta cuando Estados Unidos está hoy conmocionado luego de que un joven de 18 años disparara este martes en una escuela primaria de Texas y matara a 19 niños y dos adultos.
Esa matanza amplificó el debate nacional sobre la necesidad de una legislación que regule las armas de fuego ante la asombrosa cifra de violencia armada en Estados Unidos, donde los hechos de ese tipo ascienden a más de 200 y las víctimas fatales por esa causa superan las 17 mil, según la organización Archivo de la Violencia Armada.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo un pronunciamiento la víspera, en el cual lamentó lo sucedido y en cuanto a la legislación de control de armas, pidió a los miembros del Congreso que «convirtieran este dolor en acción».
Los legisladores se niegan a limitar el acceso a los armamentos en un país donde diariamente más de un centenar de personas es víctima de disparos, pero la poderosa Asociación Nacional del Rifle presiona a los congresistas para rechazar cualquier cambio.
Dos propuestas para regular esos artefactos fueron aprobadas por la Cámara de Representantes en marzo de 2021, pero languidecen en el Senado, donde los demócratas mostraron hasta ahora poco interés por una batalla para encontrar los 10 votos republicanos necesarios para avanzar.
Mientras se mantiene el desacuerdo en el Capitolio sobre un proyecto al respecto, es la población, en especial las minorías negra y latina, la que ponen las cuotas de muertos y afectados por el flagelo, evidencian encuestas y estadísticas oficiales.
mgt/avr