Con carteles y cruces con fotos de las víctimas del tiroteo ocurrido el pasado martes en la escuela primaria de Texas, en el cual murieron 19 niños y dos adultos, los manifestantes exigieron reglas más estrictas para evitar el uso de artefactos letales.
En el interior del recinto, el expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) acusó a los demócratas de «politizar» el tiroteo en el colegio de Uvalde y arremetió contra los esfuerzos para controlar la venta de armas.
El exmandatario defendió que los “ciudadanos decentes” puedan armarse para defenderse del «mal».
En igual sentido se pronunció el jefe de la NRA, Wayne LaPierre, quien también calificó la posesión de armas como un “derecho humano fundamental”, con lo cual deja claro que la posición de ese grupo de cabildeo se mantiene a pesar de la creciente violencia en el país.
Para LaPierre no es necesario limitar el acceso a los dispositivos letales, sino colocar seguridad adicional en las escuelas, realizar cambios en el sistema de justicia penal y nuevos fondos para ayudar a resolver los problemas de salud mental.
También el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, reiteró esa idea de que las nuevas leyes de armas no evitarán los tiroteos.
La masacre en la escuela de Texas provocó un coro de pedidos de restricciones a las armas, algo que la NRA ha presionado durante mucho tiempo a los legisladores para que bloqueen.
La desregulación de las armas, basada en la interpretación de la Segunda Enmienda de la Constitución, y la inacción de los políticos al respecto, más preocupados por mantener sus posiciones de poder que por solucionar problemas, apuntan como principales causas de la creciente violencia armada.
La tragedia de Uvalde no hizo más que subrayar cómo la nación más poderosa del mundo ni siquiera puede garantizar a sus más vulnerables, los niños, estar a salvo de una muerte violenta, sería difícil encontrar un fracaso de gobierno más sorprendente, valoró la cadena CNN.
La cantidad de personas que perdieron la vida por armas de fuego en Estados Unidos asciende en 2022 a más de 17 mil personas y los tiroteos masivos a 214, indican datos de la organización Gun Violence Archive.
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