Durante el habitual sermón del viernes, el clérigo pidió prioridad absoluta a las preocupaciones de los libaneses ante el agravamiento de la crisis económica y financiera.
El miembro de la Resistencia convocó a frenar los debates internos y tomar la iniciativa para contener la crisis de la electricidad, los altos precios en medicamentos y la devaluación de la libra libanesa con respecto al dólar estadounidense.
Damoush reiteró el compromiso del Partido de Dios de tender la mano y trabajar junto al pueblo por la protección de la nación.
El vicepresidente del Consejo Ejecutivo de Hizbulah significó la victoria del 25 mayo de 2000 y la fortaleza de la ecuación resistencia, ejército y pueblo para imponerse al enemigo israelí.
Subrayó que Israel, Estados Unidos y sus aliados trabajan por diferentes medios para disminuir a Hizbulah y con tal motivo lanzaron guerras, ensayaron sanciones, asedios, restricciones, conspiraciones políticas y mediáticas.
A pesar de las campañas, el Partido de Dios está más fuerte que nunca en términos de popularidad y representa una parte esencial de la ecuación de disuasión y protección para impedir al enemigo israelí lograr sus ambiciones, apuntó en el habitual discurso, una reseña del cual recibió Prensa Latina.
Consideró que poner los objetivos y prioridades en desarmar a la resistencia despoja al Líbano de esta fortaleza y se identifica con los proyectos israelíes y estadounidenses.
Ratificó la importancia de preservar la soberanía, la seguridad y la riqueza del Líbano ante la codicia y las amenazas de los enemigos.
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