Hace más de una semana, se reportaron temperaturas inéditas en Misisipi y Texas para esta fecha del año, después de que las condiciones alcanzaran casi 40 grados Celsius en algunas zonas el pasado 21 de mayo.
De acuerdo con autoridades meteorológicas, ese mismo fin de semana, una cúpula de calor “calcinó” gran parte del sureste del país norteño, donde se reportaron incendios forestales de grandes proporciones en el último mes debido a las altas temperaturas.
Aunque en esa región se siente más el impacto del calor, ciudades de todo Estados Unidos se preparan para lo que podría ser un verano sofocante.
De acuerdo con el canal de noticias nacional NBC News, incluso en partes del país conocidas por sus condiciones más frías, el cambio climático está obligando a los estados a enfrentarse a episodios de calor extremo.
Estamos ante el tipo de ola de calor de principios de temporada veraniega que sirve como un importante recordatorio de los riesgos de las temperaturas extremas, explicó la científica Kristina Dahl.
Debería ser una llamada de atención para todo el país, ya que el clima extremo es cada vez más frecuente y grave como consecuencia de la contaminación ambiental, comentó la experta y aseguró que el calor es peligroso, no importa lo acostumbrado que se pueda estar a él.
Muchos territorios comenzaron a promulgar normas para proteger a la población durante las olas de calor, como Oregón, donde la agencia de seguridad adoptó algunas de las normas más estrictas del país para proteger a los trabajadores, especialmente a los de la agricultura y otras profesiones al aire libre.
El año pasado, las elevadas temperaturas azotaron el noroeste del Pacífico y causaron más de 100 muertes en Washington y Oregón.
El suceso, que duró un día, ofreció una visión impactante de lo que puede ocurrir en lugares que no están adecuadamente preparados para situaciones climáticas adversas.
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