De acuerdo con la prensa nacional, el alimento llegará a los Estados Unidos desde el aeropuerto de Heathrow, en Londres, en vuelos gratuitos de la compañía norteña United Airlines durante un periodo de tres semanas a partir del 9 de junio.
La leche de fórmula se distribuirá y estará disponible para su compra en tiendas selectas de todo el país, así como en Internet y, según la Casa Blanca, el primer envío estará disponible en la red de establecimientos Target en las próximas semanas.
La administración también anunció que la empresa australiana Bubs enviará aproximadamente 4,6 millones de botellas de ocho onzas de fórmula a Pensilvania y California el 9 y 11 de junio, respectivamente.
Según la publicación The Hill, la escasez de leche comenzó a partir de las dificultades en la cadena de suministro que trajo consigo la Covid-19 y se agravó con el cierre de la fábrica Abbott Nutrition, en Michigan, que elabora varias marcas de ese producto.
La empresa suspendió sus operaciones después de que cuatro bebés fueran hospitalizados tras consumir fórmulas fabricadas en la planta, y dos de ellos murieran tras infectarse con una cepa de bacterias mortal para los infantes.
De acuerdo con la cadena de noticias CNN, la escasez de este alimento afecta, sobre todo, a las madres que carecen de seguro médico, tienen empleos con salarios bajos y trabajan durante largas jornadas que no les permiten amamantar a sus hijos. También perjudica a las familias que tienen bebés con alergias o padecimientos que requieren solo cierto tipo de fórmula.
La administración recibe fuertes criticas por no haber actuado con rapidez, a pesar de conocer los casos de niños enfermos y los problemas de la planta varios meses antes de que el conflicto llegara a los medios de comunicación.
El Comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Robert Califf, indicó que la reapertura de la planta podría tardar semanas y la escasez probablemente no se resolverá por completo hasta finales de julio.
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