Aquella avalancha trajo consigo muchos títulos fácilmente olvidables. Pero también le sirvió a Tatsuya Endo para crear Spy x Family, la divertida parodia “jamesbondiana” que, aparte de una mueca simpática a un mundo polarizado y dividido por el telón de acero, riza todavía más el rizo con una premisa inusitada: qué pasaría si la misión más difícil de un espía fuera formar una familia.
La serie manga, cuyo anime está siendo una de las sensaciones de la actual temporada, comienza con una nueva misión para Twilight, el superagente de Westalis, quien para prevenir el conflicto entre dos países y acercarse a un objetivo bastante esquivo debe crear un nuevo hogar como tapadera.
El único problema es que la hija que adopta puede leer las mentes de la gente a su alrededor y su esposa resulta ser una inveterada asesina a sueldo.
De ahí en más, es imposible no sonreír con los enredos y confusiones causadas por las múltiples mentiras de los personajes. Porque sí, en medio de patadas voladoras, intrigas internacionales y gadgets de todo tipo, Spy x Family es también una comedia encantadora sobre una familia que lo intenta lo mejor que puede y en la cual cada uno de sus miembros se preocupa muchísimo por los otros.
Aunque en este caso la palma del humor y los momentos más entrañables se la lleva la pequeña Anya, con infinidad de expresiones que balancean al espectador de la risa al enternecimiento, y viceversa.
También vale recordar que detrás del apartado técnico en esta serie están Wit Studio (Ousama Ranking) y CloverWorks (Sono Bisque Doll wa koi wo Suru), lo que solo implica algo: cada vez que sea necesario, la animación alcanzará cotas excepcionales.
Pero más allá de eso y una premisa con gancho, lo mejor de Spy x Family son sus protagonistas. Los Forger poseen una química fabulosa y en este punto uno solo quiere que todo les salga bien y ver tropecientos episodios de ellos yendo de paseo, compartiendo las tareas del hogar o cualquier otra cosa mundana.
Y es que con Spy x Family vienes y te sientas por los espías, pero te quedas imantado frente a la pantalla por la familia.
(Tomado de Orbe)