De acuerdo con la publicación The Hill, en el último mes varios funcionarios sostuvieron sesiones de escucha con grupos de defensa y otras partes interesadas en el derecho a la interrupción del embarazo debido a las barreras legales que ya existen en algunos estados.
Quienes participaron en esas reuniones afirmaron a ese medio que se sienten alentadas por la atención que el gobierno federal presta a la cuestión, pero que esperan detalles concretos sobre cómo responderá al esperado fallo.
«Preparamos el terreno para una lucha más grande que va a ocurrir», dijo Marsha Jones, directora ejecutiva de The Afiya Center, una organización dedicada a la salud de las mujeres y niñas negras en Texas.
No obstante, aunque la Casa Blanca da la percepción de que está dispuesta a librar esta lucha con nosotros, necesito ver algo tangible, añadió Jones, que participó en una reunión el 21 de mayo con la directora ejecutiva del Consejo de Políticas de Género, Jennifer Klein.
Públicamente, el presidente Biden permaneció callado sobre la cuestión del aborto en las semanas transcurridas desde que expresó su indignación por el borrador de la sentencia del Tribunal Supremo que desestimaba la decisión histórica conocida como el caso Roe versus Wade.
Harris, por su parte, se convirtió en una de las principales voces de la administración sobre el tema, y sostuvo el lunes un encuentro con líderes religiosos.
Los funcionarios de la Administración no se pronuncian sobre las medidas que sopesan en respuesta a la sentencia, y no se espera que la Casa Blanca anuncie ningún plan específico hasta después de que el alto órgano de justicia emita su decisión.
«Proteger el derecho constitucional de los estadounidenses a tomar decisiones personales sobre su propio cuerpo y su vida es una de las principales prioridades del presidente y, como ha dicho, la administración estará preparada cuando se de a conocer el fallo», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Alexandra LaManna.
Desde que se filtró el borrador del Tribunal, los funcionarios de la Casa Blanca se reunieron con defensores de organizaciones médicas, líderes religiosos y empresas, así como con funcionarios electos de estados que mantienen leyes restrictivas del aborto, como Texas y Oklahoma.
El borrador de la sentencia sugiere que el alto tribunal está dispuesto a anular el caso Roe contra Wade, una decisión histórica de 1973 que determinó que la Constitución protegía el derecho de la mujer a abortar.
La noticia provocó una gran conmoción en Washington el mes pasado y generó una nueva sensación de urgencia en el Ala Oeste, especialmente de cara a las elecciones de medio término, a celebrarse en noviembre próximo.
mv/age