A pocas horas del comienzo también en Los Ángeles, California, de la Cumbre de los Pueblos (8-10 de junio), opuesto a la excluyente Cumbre de las Américas (6-10 de junio), Alcocer dijo en declaraciones a Prensa Latina que más de 200 organizaciones están apoyando la celebración del evento.
Queremos asegurarnos de que nuestra contra cumbre sea inclusiva, que de espacio a todos los sectores y comunidades de Estados Unidos, a todos los pueblos de nuestra América, afirmó esta integrante de la Unión de Vecinos Local Este del Sindicato de Inquilinos de Los Ángeles.
Lo que está pasando para nosotros no es sorprendente, pero sí es triste porque los países excluidos: Cuba, Venezuela y Nicaragua están trabajando por sus pueblos, acotó.
“Siento que es una hipocresía hablar de democracia cuando en el Senado de Estados Unidos un sola persona puede detener una legislación que ayudaría a millones durante la pandemia”, subrayó Alcocer.
En este país –dijo- somos más de 140 millones de pobres y desposeídos (de una población de casi 330 millones de habitantes) que estamos luchando para ser incluidos en los procesos electorales porque (gracias a maniobras legislativas de los republicanos) se les está quitando a los ciudadanos el derecho de votar.
Estamos luchando por los derechos reproductivos porque hay amenazadas de impedir que la mujer decida sobre su cuerpo; no tenemos estabilidad de vivienda, porque las grandes firmas corporativas están desalojando a la gente, apuntó.
Comentó la activista que en muchos casos no hay acceso a seguros médicos y hay lugares del país con hospitales que fueron a la bancarrota, todo en medio de una pandemia de la Covid-19 que todavía no terminó.
Lamentó este periodo muy difícil por el que han pasado, “la cantidad de muertes por la Covid-19, falta de servicios, comunidades sin techo porque las rentas son muy altas y las ayudas no llegan como deben ser”.
Tenemos trabajadores esenciales luchando por un puesto digno y queremos asegurarnos de que las voces de las personas más impactadas estén representadas aquí, añadió.
Creo –advirtió- que el Gobierno de Estados Unidos excluye no solo a los países que están buscando una mejor manera de vivir para sus pueblos sino que excluye a su propia gente.
Datos recientes señalan que la brecha en la riqueza de los californianos es la vulnerabilidad número uno en el denominado Estado Dorado.
Según Mark Baldassare, presidente del Instituto de Políticas Públicas de California, una organización independiente, “la distancia entre los ricos y los pobres impacta en los costos de las viviendas, el costo de la vida, la crisis de las personas sin techo”. De hecho este territorio del occidente del país cuenta con la tasa más alta de pobreza de Estados Unidos, cuando se considera el costo de la vida y vivienda.
En California, más de uno de cada seis ciudadanos es pobre, de acuerdo con un informe difundido en marzo del pasado año.
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