Para que Colombia sea una «Potencia Mundial de la Vida», como dice su slogan, es necesario realizar transformaciones de fondo para enfrentar la emergencia por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, destaca el proyecto de esta coalición de fuerzas alternativas e izquierda.
«Esto implica transitar hacia una economía productiva basada en el respeto a la naturaleza, dejando atrás la dependencia exclusiva del modelo extractivista y democratizando el uso de energías limpias», enfatiza su proyecto gubernamental sobre el cual conversó ayer con mineros de Boyacá y con taxistas, además de los derechos laborales de ambos colectivos de trabajadores.
Esas acciones contribuirán a generar capacidades nacionales que permitan enfrentar los efectos del cambio climático y de esa foema superar la crisis ambiental global que pone en juego la vida y la pervivencia de la especie humana, enfatiza.
Señala que el cambio climático profundiza las desigualdades, compromete la seguridad y soberanía alimentaria, agrava las condiciones de salud pública, exacerba los conflictos ambientales que aceleran la deforestación y el deterioro de enormes áreas del país como la Amazonía.
Además, agota el agua, amenaza la biodiversidad y amplifica la ocurrencia y las consecuencias de los desastres, acota. «Ante la destrucción de la economía y la política de la muerte, avanzaremos en el restablecimiento del equilibrio reproductivo entre la sociedad y el ambiente con justicia social», subraya.
Recalca que, frente a las políticas de la muerte, de ganar la segunda vuelta electoral el próximo día 19, su gobierno establecerá una nueva relación entre la sociedad y la naturaleza, donde prime la defensa de la vida por encima de los intereses del capital económico.
«Haremos del agua el eje ordenador del territorio y les daremos toda la importancia ambiental que merecen a los océanos, arrecifes, manglares, nevados, páramos, bosques, ríos y humedales y toda nuestra riqueza ecosistémica», asevera.
Afirma que sentarán las bases para una transición hacia nuevas formas de producir energía, fortalecerán la economía circular, impulsarán el bienestar y la protección animal y harán del Gobierno un instrumento para hacer de Colombia una Potencia Mundial de la Vida con soberanía hídrica y energética.
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