Titulado Movimiento de los Economistas por la Democracia y Contra la Barbarie, el documento recogió cerca de mil 150 rúbricas, las cuales denuncian que «el gobierno de Jair Bolsonaro implantó un proyecto autodestructivo».
Asimismo, «una dictadura neofascista que pretende perpetuarse armando a las policías y milicias para concretar su aspiración de poder», reza el texto.
Indica que los economistas que suscriben el contenido «entendemos que la superación de ese marco exige una unión en defensa de la democracia, de los derechos humanos y de la Constitución de 1988».
Los signatarios advierten que «el desmonte de la economía nacional es notorio» y defienden una revisión de las reformas laborales y de la previsión y fortalecimiento con el Mercado Común del Sur (Mercosur).
De igual manera respaldan una serie de medidas en el próximo gobierno, como la extinción del techo de gastos, límite presupuestario adoptado durante el gobierno de Michel Temer.
Además de la extinción de ese tope, reivindican la tributación de beneficios y dividendos.
Exigen la reactivación de consejos de políticas públicas, como el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, enfocado en el combate al hambre.
Critican la política de Bolsonaro de privatización de empresas públicas y aclaran que la actual administración «busca desregular las actividades económicas, dar autonomía para que las empresas privadas, muchas de ellas oligopolios, se autorregulen y se autorregulen y se vean libres de las leyes de protección socioambiental».
«Tenemos claridad de que el retorno de Brasil a una trayectoria de progreso civilizatorio pasa, necesariamente, por la elección de la chapa Lula-(Gerardo) Alckmin en la primera vuelta de las elecciones generales», finaliza el documento.
La nominación oficial del exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, por parte del Partido Socialista Brasileño (PSB), como vicepresidente en la candidatura electoral de Lula, ocurrió en abril.
Anunció el pasado 15 de diciembre su salida del Partido de la Social Democracia Brasileña, en el cual construyó su carrera política durante 33 años.
El exgobernador se incorporó al PSB el 23 de marzo. En su primer discurso tras su afiliación certificó que el exdirigente obrero es actualmente «el que mejor refleja el sentimiento de esperanza del pueblo brasileño».
Hasta la fecha, Lula lidera todas las encuestas de opinión rumbo al sufragio del 2 de octubre, en el que pretenderá reelegirse Bolsonaro.
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