Al cumplirse este viernes 50 años del complot que le costó la presidencia Richard Nixon (1969-1974), medios de prensa destacan la coincidencia de ese hecho con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y el papel del exmandatario Donald Trump (2017-2021) en los disturbios.
Un día como hoy hace cinco décadas miembros de la campaña de Nixon irrumpieron en la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata en el edificio Watergate de Washington D.C. y fueron atrapados.
Los esfuerzos del ocupante número 37 del Despacho Oval por encubrir lo ocurrido y por obstruir la justicia le costaron el mandato al renunciar en lugar de someterse a un juicio político en el que seguramente hubiera sido declarado culpable.
Watergate fue considerado el peor escándalo presidencial en la historia del país hasta que en enero del año pasado la tan proclamada democracia estadounidense se tambaleó con el intento de Trump y sus seguidores de impedir la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
Tanto Nixon como Trump mostraron una tendencia a tratar el estado de derecho como subordinado a su poder, señaló un artículo en el diario The Hill.
En la era de Watergate se hizo un juicio histórico sobre los graves errores y abusos de poder ocurridos y una vez que eso sucedió, y Nixon renunció, el país pudo pasar página, dijo el ex fiscal general Donald Verilli.
Sin embargo, advirtió, ahora no hemos tenido esa resolución que tuvimos en la década de 1970, pues existe un porcentaje significativo de la sociedad cautivado por las teorías de fraude, por lo cual consideró los disturbios del 6 de enero más relevantes que Watergate debido a sus implicaciones para el futuro del país.
Actualmente, la comisión parlamentaria que investiga lo sucedido el año pasado se centra en determinar el papel de Trump como incitador de las protestas, pero lo que muchos se preguntan es el impacto en los votantes de las audiencias convocadas para develar el rol del magnate.
Luego de Watergate decenas de legisladores que apoyaron a Nixon perdieron sus escaños en las elecciones siguientes, pero esta vez existen grandes probabilidades de que a pesar de todo los republicanos ganen más puestos en los comicios de mitad de periodo del 8 de noviembre venidero.
Otra cuestión que resalta ahora al comparar ambos hechos es cómo Watergate condujo a la reafirmación de evitar el uso del Departamento de Justicia (DOJ) como instrumento político, aunque ahora esa institución se debate con la posibilidad de procesar a un expresidente.
El comité selecto de la Cámara Baja que investiga los acontecimientos del 6 de enero de 2021 evalúa si remitirá al DOJ la información obtenida como resultado de su pesquisa.
Según The Hill, para el fiscal general, Merrick Garland, el dilema radica en sopesar su misión de reparar la reputación del DOJ como una agencia apolítica con la necesidad de disuadir un futuro intento de golpe, donde el hecho de no responsabilizar a Trump implicaría dejar a la democracia estadounidense vulnerable a otro ataque.
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