Llamado Directrices para el programa de reconstrucción y transformación de Brasil, el texto está compuesto por 121 puntos y pasa además por diferentes asuntos, como reforma laboral, Petrobras, respeto de las leyes ambientales, techo de gastos, el fortalecimiento de la democracia y los programas de lucha contra las desigualdades y el hambre.
«Ese documento tiene una síntesis de lo que piensan todos los que están en esa caminata», declaró Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), al frente del movimiento Vamos Juntos por Brasil, conformado por otras seis organizaciones políticas, para apoyar la dupla electoral Lula-exgobernador Gerardo Alckmin (como vicepresidente).
De acuerdo con Carlos Siqueira, timonel del Partido Socialista Brasileño, la unidad de estas colectividades resulta importante para derrotar al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro en las justas comiciales de octubre.
«Son las elecciones de nuestra vida, para todas las generaciones, es la elección más importante que vamos a enfrentar. Es ganar o ganar», remarcó, a raíz de presentarse en Sao Paulo el plan de gobierno de la fórmula Lula-Alckmin.
El PT señaló que trata de «un punto de partida», no «un punto de llegada» y el contenido será colocado en una plataforma digital (programajuntospelobrasil.com.br), en la cual los ciudadanos podrán hacer sugerencias.
Las directrices, elaboradas por la Fundación Perseo Abramo y discutidas a lo largo de las últimas semanas, simbolizan una unión inédita entre partidos del campo progresista brasileño, con el fin de recuperar a Brasil de la destrucción causada por el Gobierno de Bolsonaro.
«Nosotros demostramos una gran unidad programática, siete partidos construyen ese programa, con la gran colaboración no solo de las militancias, sino de la academia, de los movimientos sociales, del movimiento sindical», indicó Hoffmann.
Agregó que «la gente podrá poner para nosotros las sugerencias, qué caminos debemos seguir, cuáles son sus propuestas para mejorar. Es así que se reconstruye el país. La vida del pueblo es la prioridad. Aquí está la salida a Brasil, no tengo duda», subrayó.
Rehabilitado en la política tras recuperar sus derechos, Lula buscará en el próximo sufragio un tercer mandato luego de cumplir 580 días de prisión política y tener anuladas sus condenas.
Ningún otro aspirante al Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo) le hace sombra a quien encabeza todos los sondeos de opinión con apreciable ventaja, pese a las intenciones de reelección de Bolsonaro.
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