Pese a que no cumplió las expectativas de los críticos y de la población, la nueva normativa es vista como un paso de avance en el enfrentamiento de un problema que cobra miles de vidas cada año.
Un flagelo que tiene en la población infantil uno de los blancos mortales en las últimas décadas, como ocurrió en las escuelas de Sandy Hook y Uvalde, en Connecticut y Texas, respectivamente.
Biden puso su firma en el documento horas antes de partir hacia Europa para participar en una cumbre de la OTAN los días 29 y 30 de junio, en Madrid.
El texto fue aprobado antes por el Senado y la Cámara de Representantes donde la mayoría demócrata con el apoyo de un limitado grupo de republicanos dio una muestra de que se puede lograr el bipartidismo y romper la obstrucción del filibusterismo que frena hoy la agenda del gobernante en el país.
El documento avanzó por el creciente temor de algunos legisladores de ser señalados como cómplices de acciones como el tiroteo masivo en una escuela primaria de Uvalde, Texas, causante de la muerte de 19 niños y dos profesores.
Mientras, la nación no se reponía aun del ataque en un mercado de Buffalo, Nueva York, que dejo una decena de muertos.
El éxito de la nueva disposición fue oscurecido, sin embargo, por una decisión del Tribunal Supremo de mayoría conservadora que autorizo el porte de armas en Nueva York, eliminando una norma casi centenaria que la prohibía.
El gobierno de ese estado criticó duramente a la Corte y se comprometió a aprobar cuanto antes una legislación que restrinja ampliamente el porte de armas de fuego y censuró al foro legislativo por anular una medida anterior en una decisión que afectará a otros cinco estados.
Luego de la rúbrica del texto para convertirlo en ley, Biden manifestó su esperanza de que el mismo ayude a salvar muchas vidas en Estados Unidos.
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