El servicio de prensa presidencial publicó un comunicado donde explica que la medida del Gobierno responde a «la amenaza de una situación de emergencia de carácter natural y tecnogénico, así como, para la vida y la seguridad de las personas, y para los intereses nacionales y la seguridad de Rusia».
Asimismo, el texto argumenta que estas amenazas surgieron como resultado de una violación de las obligaciones por parte de «ciertas personas jurídicas y físicas extranjeras».
Entre tanto, el decreto establece que los accionistas del actual operador de Sajalín-2 deben notificar con un mes de antelación a las autoridades rusas sobre su eventual interés en poseer acciones en el nuevo operador, en una proporción equivalente a la actual.
Sajalín-2 es un proyecto de petróleo y gas asentado en la isla rusa de Sajalín y en régimen de producción compartida, operado por la empresa Sakhalin Energy Investment Company, con sede en la nación euroasiática.
Incluye el desarrollo del campo petrolífero Piltun-Astokhskoye y el campo de gas natural Lunskoye en la costa del mar de Ojotsk, y la infraestructura asociada en tierra.
La participación de control, 50 por ciento más una acción, estaba en manos de la compañía energética rusa Gazprom, mientras que 27,5 por ciento pertenecía a la multinacional petrolera y gasífera británica Shell, y las empresas japonesas Mitsui y Mitsubishi tenían una participación de 12,5 y de 10 números porcentuales, respectivamente.
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