Al término de las pláticas, los mandatarios de la RDC, Félix Tshisekedi; y de Ruanda, Paul Kagame, confirmaron a la prensa la voluntad de proseguir el diálogo, cuyo paso más inmediato será la celebración la próxima semana de una sesión de la comisión mixta bilateral, luego de un largo tiempo sin reunirse.
Según opinó Kagame, el encuentro en Luanda fue “un buen principio” para llegar a la normalización de las relaciones con la vecina RDC; “esperamos avanzar” y resolver las cuestiones que están sobre el terreno y nos llevaron a este punto, afirmó.
Ambos dignatarios agradecieron las gestiones del jefe de Estado y de Gobierno de Angola, João Lourenço, quien actualmente encabeza la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos, a la cual pertenecen las tres naciones.
Al decir de Tshisekedi, las tensiones no benefician a nadie y durante el encuentro realizado hoy en esta capital, hubo, de una y otra parte, expresiones manifiestas en favor de resolver la crisis.
En tal sentido, consideró la necesidad de restablecer la confianza quebrantada entre los dos estados y pueblos; así como de asegurar un intercambio estable, el cual mire también al desarrollo de la región de los Grandes Lagos.
Asimismo, remarcó la decisión de su Gobierno de hacer todo lo posible por salir de una situación de conflicto interno, que dura ya 20 años en la región del este y se ha visto agravada por el resurgimiento del Movimiento 23 de Marzo (M23), el cual, lamentó, reclama reivindicaciones utilizando la fuerza de las armas y el chantaje.
El mandatario dijo esperar la retirada inmediata del M23 y apreció la posibilidad del entendimiento con Ruanda. “No queremos la guerra ni tensiones” porque eso perturba el desarrollo nacional y de la región en su conjunto, subrayó.
La comisión mixta bilateral entre delegaciones de los dos gobiernos, confirmó, sesionará la semana entrante, también en Luanda.
A luz de los acontecimientos, las desavenencias cobraron fuerza en tiempos recientes debido a imputaciones mutuas: las autoridades de la RDC afirmaron que el M23 cuenta con el apoyo de Ruanda y acusaron a las autoridades del país vecino de ocupar parte de su territorio.
Mientras la contraparte negó de forma repetida el supuesto respaldo al M23 y condenó al Congo democrático por respaldar a otro grupo armado, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, que incluye a cabecillas acusados de participar en el genocidio de 1994 en territorio ruandés.
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