Considerada la mayor de su tipo en Medio Oriente, la instalación sufrió un accidente eléctrico en la tarde de ayer que originó la quema de grandes cantidades de alfombras y máquinas.
De acuerdo con la Agencia Nacional de Noticias, las pérdidas se estimaron en millones de dólares y el siniestro constituye uno de los más grandes en términos de operaciones de extinción que ha presenciado Líbano en una zona limitada.
Al lugar de la tragedia acudió esta tarde el ministro en funciones de Industria, George Boushekian, quien destacó el esfuerzo en los trabajos y llamó a los municipios de la región a brindar agua a la defensa civil ante las problemáticas para su abastecimiento.
Por su parte, el director general de Defensa Civil, Raymond Khattar, confirmó que en el operativo participan más de 35 vehículos de extinción de incendios y unos 200 jóvenes.
Khattar manifestó que el proceso de apagar el fuego “no es fácil” y puede llevar uno o dos días debido a lo grande del área y la presencia de productos altamente inflamables.
Helicópteros del Ejército libanés, equipos de la Defensa Civil, autoridades de salud, bomberos, decenas de voluntarios y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas contribuyen en las labores de rescate.
La falta de disponibilidad de combustible para bombear agua exigió acudir a la región de Sidón para llenar sus tanques y volver a dar seguimiento a las labores de salvamento.
En este escenario, decenas de propietarios de tractores agrícolas y camiones cisterna de Zefta y localidades vecinas se ofrecieron como voluntarios para transportar agua y proporcionarla a los camiones de bomberos.
La Asociación de Industriales Libaneses, encabezada por Selim Al-Zaani, expresó su más profundo pesar y dolor por el incendio que ha estado ocurriendo desde ayer en la Fábrica de Alfombras de Qabalan y exigió proporcionar equipamiento moderno a la Defensa Civil.
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