Los titulares de Economía y Finanzas de los 19 países pertenecientes a la Eurozona argumentaron que es el momento de dejar atrás la política de amplias ayudas fiscales con que respondieron a la pandemia, en favor de ayudas temporales para los hogares y empresas más vulnerables al aumento de la inflación.
«El efecto negativo» de los altos precios de la energía no puede abordarse a largo plazo a través de «medidas fiscales compensatorias», sino que requerirá inversiones a medio plazo para potenciar el desarrollo de fuentes de energía renovable y eficiencia energética, sostuvieron.
Respecto a la preparación de los presupuestos nacionales para 2023, los ministros acordaron mantener los incentivos a la transición energética justa y poner en marcha medidas fiscales centradas en los ingresos en lugar de en los precios.
Diseñar políticas fiscales «ágiles» y «flexibles» que se ajusten rápidamente a las circunstancias cambiantes de cada Estado miembro y centrarse en la protección «a los más vulnerables» en lugar de apoyar la demanda general, fueron puntos clave en las recomendaciones.
Por otra parte, los responsables de Economía y Finanzas llamaron a priorizar la «sostenibilidad de la deuda» y elevar el «potencial de crecimiento de forma sostenible para potenciar la recuperación», derivando en una política monetaria que garantice la estabilidad de precios sin agregar presión inflacionista.
«Las políticas fiscales deberían centrarse en aliviar las restricciones de suministro que están frenando nuestras economías», acotaron.
En función de ello, las inversiones en la transición verde y digital, la diversificación de los suministros energéticos y la búsqueda de la independencia de los combustibles rusos son retos imprescindibles.
«Aunque el actual contexto mundial plantea serios desafíos, el Eurogrupo confía plenamente en la sostenibilidad de las economías de la zona del euro», resaltaron los ministros en un comunicado conjunto.
No obstante, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea (CE), Valdis Dombrovskis, declaró que esa institución rebajará la estimación del Producto Interno Bruto (PIB) de la eurozona en la previsión económica que se publicará esta semana.
Bruselas ya disminuyó en mayo su estimación de crecimiento del PIB este año al 2,7 por ciento tanto para el área del euro como para la UE, mientras que elevó la de inflación al 6,1 por ciento y 6,8 por ciento, respectivamente.
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