La caminata, precedida por una iniciativa similar los días 19 de mayo y 28 de junio pasados contra los altos precios del combustible y de la canasta básica familiar, recorrió las principales arterias de la urbe hasta llegar a las inmediaciones de la Asamblea Nacional (parlamento) para insistir en 32 demandas y rechazar las más recientes respuestas del Ejecutivo.
Con sus cánticos tradicionales, bailes típicos, banderas y pancartas, muñecos de trapo alusivos a la corrupción de los gobernantes y partidos tradicionales, sus uniformes de labor cotidiana y los atuendos de pueblos originarios, los manifestantes dejaron claro que la lucha por objetivos comunes no se detendrá.
Sobre esta movilización, el secretario general de la Central Nacional de Trabajadores de Panamá(CNTP), Alfredo Graell, señaló a Prensa Latina que ya el pueblo salió a las calles cansado de las sucesivas administraciones como esta de Laurentino Cortizo que bajo esta presión anunció congelaría los precios de 10 alimentos, cuando se demanda amplíe ese beneficio a 52.
Exigimos una profunda reforma fiscal y que la Dirección General de Ingresos logre cobrar los casi seis mil millones de millones de dólares que por evadir el fisco deben las grandes empresas trasnacionales; además demandamos se cree un seguro de desempleo y aumento general del salario.
En improvisada tribuna en la emblemática Plaza 5 de mayo, otro de los líderes de las organizaciones sociales como Fernando Ábrego, secretario de la Asociación de Profesores de Panamá (Asoprof), afirmó que esta marcha ya es histórica porque demostró la capacidad organizativa y cuánto se puede avanzar en unidad.
Ábrego insistió en el reclamo de los docentes, en estos momentos en paro de labores, para que el Gobierno dedique al menos el seis por ciento del Producto Interno Bruto al sistema educativo.
Por su parte, el secretario general del Sindicato Único Nacional de los Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares ( Suntracs), Saúl Méndez, dijo que los problemas acumulados son resultado de un modelo neoliberal impuesto por las élites económicas y de siete gobiernos consecutivos y partidos tradicionales que lucran con las necesidades del pueblo.
Méndez ratificó que mañana miércoles 13 de julio los obreros de la construcción de todo el país iniciarán, no en sus casas descansando, sino movilizados en las calles, una huelga de advertencia de 24 horas, hasta que el Gobierno ofrezca las respuestas que el pueblo espera.
El pueblo panameño ha despertado y gracias a estas jornadas se consolida la conciencia de la necesaria unidad para obtener los objetivos comunes, afirmó.
En medio de una ola de protestas y huelgas que también rechazan el despilfarro en la administración, el Gobierno anunció este martes medidas de austeridad, entre ellas la reducción del 10 por ciento de la plantilla estatal y el inicio de un programa de retiro voluntario de servidores del sector público.
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