Por Yodeni Masó Águila
Corresponsal de Prensa Latina en Líbano
Después de la reelección de Najib Miqati como primer ministro el 23 de junio, ronda la incertidumbre en los libaneses ante la conformación del nuevo gabinete para los próximos tres meses.
En medio de su peor crisis económica y financiera de la época moderna, Líbano vuelve a transitar por una etapa de escepticismo bajo la necesidad de impulsar la recuperación y hacer frente a la injerencia extranjera.
Dos consultas entre el mandatario Aoun y el primer ministro Miqati encendió la polémica en torno a la distribución de las carteras ministeriales, respetando el histórico sectarismo en el Estado libanés.
Ante este panorama, bloques parlamentarios, líderes religiosos, partidos y movimientos políticos exigieron cumplir con el cronograma constitucional y dejar a un lado las disputas individuales para trabajar a favor del interés nacional.
RUTA ELECTORAL
Líbano eligió el pasado 15 de mayo los 128 miembros del Parlamento, dividido aquí a partes iguales entre cristianos y musulmanes.
Dos semanas después, el diputado Nabih Berri recibió el respaldo de la mayoría legislativa para su reelección como titular del órgano, en su séptimo mandato ininterrumpido desde 1992.
El político de 84 años y líder del Movimiento Amal convocó para inicios de junio a la conformación de las 16 comisiones de la unicameral legislatura en el período 2022-2026.
Concluido el proceso de organización interna de la institución y amparado en la Constitución, el mandatario Michel Aoun llamó al Palacio de Baabda a los 128 diputados, quienes divididos en bloques o de manera individual revelaron su propuesta de primer ministro.
De estas consultas efectuadas el 23 de junio salió reelecto Najib Miqati para jefe del gabinete con apoyo de 54 legisladores y abstención de 46.
El político y empresario de 67 años volvió así a la cabeza del Consejo de Ministros tras mandatos anteriores en 2005, 2009, 2011, 2014, 2018 y 2021, este último luego de 10 meses sin gabinete como consecuencia de la explosión del puerto de Beirut en agosto de 2020.
Unos días después, Miqati presidió las reuniones no vinculantes en el órgano legislativo y tras dos jornadas de debate presentó al presidente Aoun los resultados de los encuentros con el objetivo de designar el gobierno.
Desde el 29 de junio, el pueblo libanés espera el nombramiento del gabinete ministerial que tendrá un período corto de gestión, pues el país elegirá al presidente de la República entre el 1 de septiembre y el 31 de octubre, y este tendrá la responsabilidad de conformar un nuevo Consejo de Ministros.
DESACUERDO ENTRE AOUN Y MIQATI
Luego de las dos reuniones entre el jefe de Estado, Michel Aoun, y el primer ministro designado, Najib Miqati, la apatía empaña el escenario para la formación del gobierno.
El mandatario libanés valoró la propuesta de un gabinete de unidad nacional de 30 ministros con grandes beneficios en el manejo de las finanzas y los expedientes económicos, según difundieron medios locales.
Aoun sugirió la presencia de todas las fuerzas políticas en el Consejo de Ministros, incluidos los llamados diputados del cambio o independientes.
Por su parte, Miqati rechazó el principio de rotación en las carteras ministeriales y presentó un gabinete en su mayoría similar al actual, pues el mandato será breve ante la carrera presidencial que se iniciará en septiembre.
Citado por el sitio web Al-Akhbar, el jefe del gobierno interino subrayó que designar nuevos ministros no facilitará impulsar la restauración del país.
El parlamentario Hassan Ezz El-Din llamó a la necesidad de agilizar la integración del Consejo de Ministros e incluir en la agenda temas como electricidad, agua, hospitalización, medicinas y todo lo que impacta de manera negativa en la vida de los libaneses.
Para el jefe del bloque Baalbek-Hermel, Hussein Hajj Hassan, la conformación del gabinete representa una urgencia para desarrollar y aprobar un plan de recuperación que brinde protección al dinero de los depositantes y confianza en la entidad bancaria.
PRESIÓN EXTERNA
El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Grupo de Apoyo Internacional pidieron acelerar la formación del gobierno en Líbano con el propósito de responder a las demandas de la población.
A través de sendos comunicados, las entidades insistieron en la responsabilidad de todos los actores políticos para responder a los intereses nacionales y estar a la altura de los retos que enfrenta el pueblo libanés.
Las dos partes abogaron por una mayor participación y representación de las mujeres en el nuevo gobierno, así como su empoderamiento en la actividad económica.
Recordaron que la nación requiere con prontitud concluir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para la marcha del plan de restauración económica y financiera.
Al celebrar su primera reunión después de la formación del nuevo Parlamento, el Consejo Ejecutivo de la Confederación General del Trabajo en Líbano enfatizó que la pérdida de tiempo conllevará a más pobreza, hambre, enfermedades y humillación.
Mediante una declaración, el sindicato subrayó que el futuro gobierno tendrá el reto de trabajar para avanzar con la economía nacional y su independencia de la dominación, el asedio y las sanciones imperialistas.
En este sentido, el vicepresidente del Consejo Ejecutivo de Hizbulah (Partido de Dios) Sheikh Ali Damoush consideró que si los libaneses quieren salir de la crisis, deben liberarse del control estadounidense y no ser arrastrados a políticas que benefician a los israelíes.
Inflación de 890 por ciento, salario mínimo mensual menor a 25 dólares y 2,2 millones de personas necesitadas de alimentos sitúan a la crisis de Líbano en alerta roja, de acuerdo con informes de entidades especializadas de Naciones Unidas.
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