En su cuenta de Twitter, la OIM señaló que el número de afganos desplazados internamente aumentó constantemente desde 2019, reflejó la agencia de noticias Pajhwok.
Una cifra sin precedentes de 1,8 millones de personas tuvieron que trasladarse dentro del país centroasiático debido a los conflictos y los desastres naturales.
Afganistán enfrenta una grave crisis humanitaria, con millones de personas padeciendo hambre tras las sanciones impuestas por Estados Unidos y Occidente, que recortaron miles de millones de dólares en ayuda al desarrollo, a lo cual se sumó un reciente terremoto, que causó más de mil muertos y casi tres mil heridos.
El grupo armado de los talibanes tomó el control de la empobrecida nación en agosto del año pasado, luego de dos décadas de guerra tras la invasión militar de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte bajo el pretexto de combatir el terrorismo.
La crítica situación afgana está marcada además por una intensa sequía que mermó la producción agrícola nacional aumentando el peligro de la hambruna, además de la carencia de agua, pese a poseer el país abundantes recursos naturales como tierras raras, oro y litio.
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