En siete estados (Georgia, Pensilvania, Michigan, Kansas, Wisconsin, Nevada y Arizona), en los cuales demócratas y republicanos tienen visiones contrapuestas sobre el aborto, los votantes pueden elegir para los cargos en disputa a quienes abogan por garantizar los derechos reproductivos de las mujeres, señaló el medio.
En esos territorios los del partido identificado con el color azul esperan desde las legislaturas estatales y las gobernaciones en juego frenar los intentos de aprobar medidas contra la interrupción de embarazos o impedir la entrada de vigor de leyes ya existentes contra el procedimiento.
La mayoría de loss candidatos a diferentes cargos en representación del Partido Republicano ocultan su postura sobre el tema y se enfocan en resaltar problemas como la inflación para desacreditar a sus contrincantes, según Vox.
Si bien analistas vaticinan una victoria mayoritariamente roja en noviembre, dado que un sondeo tras otro muestra los índices de aprobación de la actual administración liderada por Joe Biden en niveles abismalmente bajos, el escenario podría cambiar a nivel local en algunos estados.
El derecho al aborto actualmente parece dar un impulso a los votantes a favor de demócratas que defienden el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
En una encuesta de Politico/Morning Consult de fines de junio, por ejemplo, el 43 por ciento de los entrevistados dijo que era muy importante votar por un candidato que “apoye el acceso al aborto”.
El pasado 24 de junio, la Corte Suprema, de mayoría conservadora, determinó anular la sentencia de 1973 del caso conocido como Roe vs. Wade y de esa forma provocó lo que muchos consideran un retroceso de 50 años.
En aquel momento el tribunal escuchó los argumentos de Jane Roe -pseudónimo de Norma McCorvey- quien intentó abortar en Texas, pero el fiscal Henry Wade se lo impidió y ella dio a luz antes de la sentencia del Supremo a su favor.
La semana pasada el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva para tratar de asegurar el acceso al aborto, pero muchos afirman que no tendrá en la práctica ningún efecto.
La ordenanza tiene un alcance limitado debido a que la única manera de garantizar la interrupción de embarazos a nivel nacional sería con la aprobación de una ley en el Congreso, algo nada fácil de conseguir para los demócratas con su exigua minoría en el legislativo federal.
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