El organismo informó el pasado mes de abril que la cuarta dosis sería exclusiva para personas mayores de 60 años y aquellas con enfermedades subyacentes o alto riesgo de padecer síntomas peligrosos.
Advirtió incluso que las prefecturas interesadas en vacunar a los trabajadores de la salud asumirían los gastos con sus propios recursos locales.
El cambio de política responde al repunte vertiginoso de los contagios a nivel nacional, calificado por los expertos nipones como una séptima ola pandémica.
La cartera de salud señaló que la sub variante BA.5 de Ómicron, altamente infecciosa, es responsable de la mayor propagación del virus respiratorio.
Con la nueva decisión oficial, otros ocho millones de ciudadanos se suman a la lista de los elegibles para recibir el cuarto refuerzo con las fórmulas de Pfizer y Moderna, disponibles en la nación asiática.
Este jueves, Japón registró más de 90 mil nuevos casos positivos por segundo día consecutivo y el acumulado nacional superó los diez millones desde el inicio de la crisis sanitaria.
A propósito, el gobierno de la capital elevó la alerta de Covid-19 al máximo nivel por primera vez desde finales de abril, lo cual implica restricciones en los servicios médicos regulares para fortalecer el sistema de atención a individuos con síntomas del nuevo coronavirus.
El primer ministro, Fumio Kishida, destacó en una reunión del grupo de trabajo gubernamental establecido para el enfrentamiento a la Covid-19 que los esfuerzos se centrarán en fomentar la vacunación, las pruebas de detección del virus y la ventilación de los espacios cerrados.
Asimismo, acotó que no habrá restricciones y se mantendrán las actividades socioeconómicas en la medida de lo posible.
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