El proyecto, por contener diversas reformas a la constitución, necesitaba de los votos de dos tercios de los 130 congresistas (87), de los cuales votaron a favor del texto 71, mientras se opusieron 45 y se abstuvieron seis.
De haber alcanzado la mayoría calificada exigida para las reformas constitucionales, el texto necesitaba solo repetir la aprobación en una nueva legislatura, próxima a iniciarse.
Los promotores del proyecto apuraron el debate, que solo tomó unos días, para una pronta aprobación, pero encontraron resistencias y tuvieron que hacer una serie de modificaciones con el fin de obtener consenso, lo cual no lograron.
El principal argumento de bancadas de izquierda y centro contra al proyecto fue el hecho que el restablecimiento de la bicameralidad eliminada en la constitución de 1993, y la reelección de parlamentarios, fueron rechazados en un referendo sobre reformas constitucionales, en diciembre de 2018.
En la consulta, 85,86 por ciento de los electores votaron por la reforma que prohibió la reelección parlamentaria y 90,59 por ciento contra el retorno a la bicameralidad.
Frente a tal antecedente, los promotores de lo contrario alegaron que ha pasado mucho tiempo desde el referendo y que esos resultados eran obsoletos.
El congresista de izquierda Guillermo Bermejo consideró paradójico que la oposición, que se negó a debatir un proyecto progresista de un referendo sobre la convocatoria a una asamblea constituyente, planteara más de 50 cambios constitucionales en función de sus intereses y sin consultar a la población.
Otro fuerte argumento de políticos y analistas contra el proyecto impulsado por la presidenta del Parlamento, Maricarmen Alva, y por la legisladora de extrema derecha Patricia Juárez es la impopularidad del Congreso, al que las encuestas le acreditan hasta 82 por ciento de desaprobación.
Tras el desenlace de hoy, la mayoría opositora lo celebró como una victoria y Alva declaró que el proyecto tendrá que buscar su ratificación en un referendo por tramitarse.
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