El anuncio tuvo lugar durante una reunión extraordinaria del organismo, donde se analizaron los resultados de una consulta popular realizada antes del 17 de junio, en la cual participaron más de mil 200 voces, reseñó la prensa nacional.
Un fallo preliminar de la NRA partió de los debates sobre el método de comprobación de la concentración de tritio y otras sustancias contaminantes en el líquido almacenado, así como la evaluación del impacto para el medio ambiente circundante y las personas.
El organismo de control también examinó el funcionamiento del sistema de dilución y el protocolo a seguir para suspender la descarga ante situaciones extraordinarias como un mal funcionamiento de los equipos, terremotos o tsunamis.
Las operaciones de vertimiento de Tepco están previstas para la primavera de 2023, luego de que la prefectura de Fukushima y las ciudades de Okuma y Futabala (donde se ubica la termonuclear) aprueben la construcción de las estructuras requeridas.
En principio, el agua libre de radionúclidos excepto tritio, se diluirá con agua de mar a un 40 por ciento (según establecen las normas de seguridad japonesas) y se verterá en el océano a un kilómetro de la planta de energía a través de una tubería submarina.
Tras el accidente atómico de 2011 en Japón, el agua utilizada para enfriar los reactores nucleares derretidos de Fukushima I se acumuló en contenedores dentro del complejo, mezclada además con agua de lluvia y subterránea contaminadas.
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