Según informó el jefe de la policía local, Eddie García, el incidente tuvo lugar en el área de los mostradores y explicó que la responsable, de 37 años, entró al baño para luego, con una capucha puesta, abrir fuego apuntando hacia el techo.
Fue detenida cuando un agente le disparó en una extremidad inferior.
El suceso ocasionó el caos en la terminal aérea, que está ubicada a unos 9,6 kilómetros al noroeste del centro de Dallas, y provocó la suspensión de las operaciones, aunque ya volvió a las actividades habituales.
Aunque el hecho no dejó muertos ni heridos, confirma el estado actual de la violencia armada en Estados Unidos, donde el total de tiroteos masivos asciende a 369 en 2022, según cifras de la organización Gun Archive Violence.
Este tiroteo se suma a otras matanzas recientes que han reabierto el debate en Estados Unidos sobre la necesidad de regular el uso de armas de fuego, aunque el mes pasado la Corte Suprema ratificó el derecho de portar armas en público.
Hace menos de dos semanas el Congreso aprobó una legislación histórica para frenar la violencia armada, pero la ley no prohíbe la venta de rifles de asalto o cargadores de alta capacidad.
Justamente en Texas el pasado 24 de mayo un tirador mató a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria de la localidad de Uvalde.
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