“En mi opinión, no vamos a estar en una recesión”, aseguró Biden a los periodistas este lunes en una conferencia virtual debido a su infección de Covid-19.
El mandatario, apuntó como una de las fortalezas el estado del mercado laboral, con un desempleo del 3,6 por ciento, una de las tasas más bajas de la historia.
Si bien no existe una regla firme que rija lo que define una recesión en Estados Unidos, comúnmente se entiende que ocurre cuando el PIB se contrae durante dos trimestres consecutivos, explicó CNN.
Sin embargo, la administración declaró la semana pasada que no debe medirse una recesión de esa manera cuando otros indicadores dan a entender que la economía no está en retroceso.
La Oficina de Análisis Económico tiene previsto publicar el próximo jueves los datos del PIB del segundo trimestre luego de que a inicios de 2022 la economía nacional se contrajera un 1,6 por ciento.
Incluso si ahora el número es negativo, no estamos en una recesión, sino que la economía se desacelera, subrayó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el domingo en una entrevista a la cadena NBC.
La inflación en Estados Unidos alcanzó en junio el mayor registro desde 1981 con un 9,1 por ciento frente al 8,6 marcado en mayo, de acuerdo con datos del Departamento del Trabajo.
Un PIB negativo no solo influirá en la percepción del manejo de la economía por parte de la administración Biden, algo que ya desaprueban alrededor de dos tercios de los estadounidenses, sino que ocurriría cuando faltan poco más de tres meses para las elecciones de mitad de período de 2022, advirtió el diario The Washington Post.
Los republicanos y medios de prensa tomaron nota de cómo la Casa Blanca redefinió el concepto de recesión y, según alertan, eso es un movimiento preventivo con fines políticos, señaló el Post.
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