Las portadas de los diarios coinciden en que Pacheco ha empezado a dar información clave mediante un trato con la Fiscalía negociado antes de su entrega para acceder a la condición de colaborador eficaz (delación premiada).
“El principio del fin” de Castillo, proclama el tabloide Perú.21, uno de los más duros y permanentes opositores del presidente, mientras el diario La República resalta que “Hombre clave de Castillo en manos de la Fiscalía”.
La percepción general es que las confesiones de Pacheco terminarán de hundir al jefe de Estado al comprobar su involucramiento protagónico en actos de corrupción, lo que determinará su retiro del cargo.
El exsecretario es un cercano amigo de Castillo, al punto que le agradeció por los servicios prestados cuando renunció, pese a que dimitió por denuncias de corrupción.
Es acusado de complicidad con el exministro de Transportes y Comunicaciones Juan Silva, quien sigue prófugo, junto a Fray Vásquez, sobrino de Castillo, en una red de corrupción que, según una empresaria implicada encabezaba el mandatario.
También de presionar a mandos militares y policiales para que asciendan a determinados oficiales y a organismos autónomos para beneficiar a empresarios y de tener en su despacho 20 mil dólares en efectivo descubiertos en un registro de la Fiscalía al Palacio de Gobierno,
Pacheco, según los trascendidos, negoció su entrega al verse virtualmente cercado por la búsqueda policial y supuestamente por temer por su vida.
De otro lado, el abogado de Castillo, Benji Espinoza, afirmó que, según la ley, lo que pueda decir el detenido contra el presidente debe ser corroborado, por cuanto, para salvarse, un colaborador de la Fiscalía puede hacer falsas aseveraciones.
También exigió que Pacheco sea encarcelado, conforme al procedimiento, en vez de permanecer supuestamente en forma irregular en manos de los fiscales anticorrupción.
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