El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) y pretendiente al poder de esa organización política explicó que su prioridad es viajar en campaña por todo el gigante suramericano y, por eso, él no podría volverse rehén de los debates.
Mediante el mando de la acción proselitista, «el PT hizo un oficio para los medios de comunicación, diciendo que nos gustaría tres debates, que fueran un pool entre todas las redes de televisión, para que la gente pudiera no quedar rehén de 50 debates», afirmó Lula al portal UOL.
Sobre debatir con el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien buscará la reelección en el próximo sufragio, Lula respondió que podría enfrentar a cualquier adversario y que la estrategia del exmilitar es asistir solo en la segunda ronda.
«Voy a discutir con cualquier persona…Y, si usted puede, recuerda él que puede no tener segunda vuelta. La elección puede ser resuelta en la primera vuelta», vaticinó Lula.
Admitió desconocer si ganará en la primera ronda, pero se trabaja para ello y «no lo sabremos hasta el 2 de octubre (día de la votación)», refirió. Insistió en que no es un político de gabinete, el cual solo quiere debates para aparecer, «tengo que viajar mucho, quiero viajar los 27 estados de la federación, quiero abrazar a la gente, pero voy a los debates», subrayó.
En mayo, el PT propuso a los medios de comunicación tres debates presidenciales en la primera vuelta. En aquella ocasión, según la columna del periodista Kennedy Alencar, en UOL, el llamado modelo de pool será similar al adoptado en Estados Unidos.
Alencar apuntó que Lula concurrió a 11 debates electorales, pero, de acuerdo con el partido, no hay manera de aceptar todas las invitaciones.
Según el columnista, la fecha del debate de la televisión comercial abierta Rede Globo, siempre en la recta final de la primera y segunda ronda, es considerada mala por el PT.
Actualmente, precisó Alencar, la participación de Bolsonaro en los debates es considerada una condición necesaria para que Lula también acepte la confrontación.
Sin él, el PT no ve sentido a la presencia del favorito de las encuestas rumbo a la consulta para convertirse «en saco de boxeo» de aspirantes sin posibilidades reales de victoria.
Los sondeos refuerzan cada vez más que el exdirigente sindical y el exmilitar serán los protagonistas de la próxima disputa electoral.
Analistas aseguran que el país más rico de América Latina se prepara para un duelo en las urnas de egregio voltaje, cuyo resultado repercutirá más allá de sus fronteras.
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