Reunidos en el encuentro de verano, los jefes de gobierno de las prefecturas niponas señalaron que las actuales disposiciones sanitarias no se ajustan a la situación real de la nación, marcada por el embate de una séptima ola pandémica, reseñó la prensa nacional.
En tal sentido, solicitaron a la administración del primer ministro, Fumio Kishida, que precisara cuanto antes las características de la subvariante BA.5 de Ómicron para responder de forma precisa ante su rápida propagación, así como la adopción de una estrategia diferente contra la Covid-19.
La víspera, la Organización Mundial de la Salud comunicó que Japón encabezaba la lista de países con mayor índice de nuevas infecciones, tras registrar más de 969 mil casos en la semana hasta el 24 de julio.
Durante la actual jornada se identificaron otras 233 mil 100 personas positivas al virus respiratorio, récord por segundo día consecutivo, mientras aumenta la tensión del sistema médico por la disminución de las capacidades de ingreso hospitalario.
En los últimos siete días las prefecturas de Okinawa y Osaka decretaron estados de emergencia y, un poco antes, Tokio elevó la alerta al máximo nivel debido al agravamiento de la crisis sanitaria.
La incidencia de los contagios podría acentuarse más debido a la mayor movilidad de los japoneses a propósito de las vacaciones de verano. No obstante, el gobierno central anunció que mantendrá la flexibilización de las medidas preventivas a favor de la recuperación económica.
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