El crecimiento de la economía estuvo marcado en primer lugar por un aumento del 8,6 por ciento en el consumo durante el período señalado, a pesar de la alta inflación que alcanzó un valor del 6,4 por ciento.
En paralelo, las importaciones se expandieron un 13,6 por ciento interanual en el segundo trimestre del año y el gasto público subió un 11,1 por ciento interanual en ese lapso de tiempo.
La cifra general, que da continuidad a las señales de un fuerte crecimiento económico, supera las previsiones de crecimiento anual proyectadas por el Banco Asiático de Desarrollo, que vaticinó una aceleración del 6,5 por ciento para el año en curso.
Sin embargo, el dato es menor que el reportado el trimestre previo, cuando la economía del país asiático creció un 8,2 por ciento, e inferior a lo previsto por muchos analistas del país, que pronosticaban un crecimiento superior al 8 por ciento en este segundo trimestre del año.
La semana pasada, la Oficina Nacional de Estadísticas reportó que la inflación en la nación asiática creció en julio un 6,4 por ciento respecto al mismo mes de 2021, en lo que supone el incremento más alto en cuatro años.
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