“He tomado la decisión de renunciar a la defensa del Señor Presidente y la Primera Dama», escribió en un mensaje de Twitter sin revelar los motivos de su retiro.
Añadió que mientras sirvió a Castillo «he dedicado todas mis fuerzas en la defensa del debido proceso en el marco del principio de presunción de inocencia atendible a cada ciudadano de la República”.
Espinoza agradeció la confianza de la pareja y apuntó que “los abogados no podemos ser juzgados por quiénes defendemos sino cómo defendemos” y que actuó en el caso con probidad, diligencia, pasión y vehemencia.
La decisión la anunció tras una última visita a Castillo y causó sorpresa porque más temprano reiteró que presentaría un recurso contra el allanamiento por la Fiscalía Anticorrupción, de la residencia presidencial oficial, por una orden de captura a la cuñada del mandatario, Yenifer Paredes, quien no fue encontrada.
En su último contacto con la prensa como abogado del presidente y su esposa, insistió horas antes de su dimisión en calificar como un abuso y un acto ilegal el allanamiento de la casa presidencial.
Negó además rotundamente que la esposa de Castillo posea dinero de origen ilícito o integre una organización criminal.
Durante el tiempo en que ejerció la defensa del mandatario, el abogado planteó como argumento principal que las declaraciones de presuntos colaboradores de la Fiscalía que lo incriminan eran solo dichos mientras no sean probados.
Cuestionó la legalidad de la apertura de investigaciones al presidente basada en la interpretación de que la prohibición constitucional de juzgar al presidente no impide investigarlo, lo que nunca se hizo antes.
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