En el Palacio de la Alvorada (residencia oficial en Brasilia), ante unos 40 diplomáticos extranjeros, el exmilitar repitió el 18 de julio sospechas sin fundamento y desmentidas por órganos oficiales sobre las urnas electrónicas y el proceso electivo.
Basó su arenga en una investigación abierta por la Policía Federal en 2018, con la autorización del Supremo Tribunal Federal (STF), sobre la invasión de un hacker al sistema del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Sin embargo, se informó en reiteradas ocasiones que este acceso fue bloqueado y no interfiere en ningún resultado.
Ante los hechos, la Fiscalía Electoral solicitó al TSE multar al presidente y quitar en redes sociales los videos que muestran fragmentos de su intervención ante los embajadores.
En la acción, el viceprocurador general electoral, Paulo Gonet, argumentó que el gobernante, al atacar las urnas y colocarse como víctima del sistema, terminó, en la práctica, pidiendo votos.
«Ciertamente, lo que hubo fue la revelación de hipótesis de propaganda inaceptable, tanto en el período propio, como de antemano», afirmó Gonet.
El ministerio también señala en su escrito que, a pesar de que los diplomáticos no eligieran en los comicios nacionales, el encuentro fue transmitido por TV e internet y alcanzó el público que votará en la consulta del 2 de octubre.
«Después de todo, el pronunciamiento se realizó de manera abierta al público en general; dado a conocer, en fin, al público que compone el colegio electoral brasileño», argumenta.
Anteriormente, legisladores opositores pidieron al STF una pesquisa contra Bolsonaro, al que acusan de cometer delito de responsabilidad, crimen contra el Estado Democrático, trasgresión electoral, improbidad administrativa e incitación a las Fuerzas Armadas contra el TSE.
«No puede el representado utilizar el cargo de presidente de la República para subvertir y atacar el orden democrático, buscando crear verdadero caos en el país y desestabilizar las instituciones públicas, no estando por encima del ordenamiento jurídico vigente», indica el pedido de indagación.
Recientemente el diario O Globo certificó que Bolsonaro no aceptará el resultado de la elección si es derrotado y busca movilizar a sus partidarios para intentar repetir en Brasil un movimiento violento de contestación, inspirado en la invasión del Capitolio por seguidores del expresidente estadounidense Donald Trump el 6 de enero del año pasado.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva encabeza hasta la fecha todas las encuestas de opinión rumbo al sufragio, en el que espera reelegirse el exparacaidista.
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