La orden de búsqueda en su residencia en Florida, la mansión Mar-a-Lago, muestra que los agentes tenían permiso para incautar cualquier documento o registro con marcas clasificadas o relacionado con la “transmisión de información de defensa nacional”.
El documento judicial también autorizó confiscar cualquier evidencia de “la alteración, destrucción u ocultamiento a sabiendas de cualquier registro gubernamental y/o presidencial”.
De acuerdo con la orden, existen tres posibles infracciones penales: ocultamiento o eliminación de registros federales, destrucción o alteración de registros en una investigación federal y transmisión de información de defensa.
El más grave de los cargos, el relacionado con la destrucción de registros en una investigación federal, conlleva una sentencia máxima de hasta 20 años de prisión, acotó el diario The Hill.
Más temprano este viernes, The Wall Street Journal adelantó que entre la veintena de cajas recuperadas en la vivienda del magnate republicano se encontraban 11 colecciones de informes identificados como “top secret” (ultrasecretas) y otras también confidenciales, aunque de menor categoría.
El exmandatario respondió en su red social Truth Social que esos documentos estaban desclasificados y señaló que los agentes no necesitaban incautar nada, “podrían haberlo tenido en cualquier momento que quisieran sin jugar a la política e irrumpir en Mar-a-Lago”.
El fiscal general, Merrick Garland, afirmó este jueves que aprobó personalmente el operativo del FBI e informó que presentó una moción para hacer públicos los documentos del caso.
El allanamiento, realizado el pasado lunes, provocó una rápida condena por parte de algunos republicanos, quienes respaldaron el mensaje de Trump de que el Departamento de Justicia (DOJ) y el FBI actúan con fines políticos en contra del exmandatario.
El operativo desató un revuelo político en una nación ya muy dividida y se produce cuando Trump especula con una nueva candidatura a la Casa Blanca en 2024.
Hasta ahora las investigaciones que lo amenazan no disminuyeron su atractivo para los simpatizantes de Trump y, según analistas, este hecho podría impulsarlo más con una campaña presentada como politizada e injusta, aun cuando muchos afirman que existen motivos para creerlo autor de algún delito.
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