A raíz de un desperfecto técnico, el Boeing 747 se estrelló en la cumbre del Monte Osutaka, prefectura de Gunma, mientras cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional de Haneda (Tokio) y el aeropuerto Internacional de Osaka. Solo cuatro pasajeras sobrevivieron.
Al pie de la montaña donde ocurrió el siniestro tuvo lugar un servicio conmemorativo exclusivo para las familias de las víctimas, como medida preventiva contra la propagación del SARS-Cov-2, causante de la Covid-19.
Cada año, las personas recorren los senderos del Osutaka y rinden tributo frente a las lápidas funerarias que allí se colocaron. En la cima de la elevación un monumento rememora la tragedia, reseñó la cadena de noticias NHK.
La víspera en la noche, varias linternas de papel flotaron sobre el río Kanna de Gunma, en honor a los difuntos.
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