El pueblo coreano dirige el póstumo homenaje al presidente Kim Il Sung, benefactor de renacimiento nacional, y recuerda ese día hace 77 años cuando repercutían en todo el país los vítores de la liberación.
La ACNC recuerda que en agosto de 1910, los imperialistas japoneses convirtieron a Corea en su colonia al fabricar el Tratado de Anexión de Corea a Japón y reprimieron salvajemente a la nación coreana.
Debido a las maniobras de exterminio nacional de los imperialistas japoneses, el pueblo coreano se vio obligado a privarse no solo de su idioma y letras sino también de sus nombres.
Cuando el destino de la nación se hallaba en el cruce de la existencia o ruina, el Presidente declaró la guerra total contra el imperio japonés y dirigió a la victoria la guerra revolucionaria antijaponesa de 20 años sin la retaguardia estatal ni el apoyo de las fuerzas armadas regulares.
Así, derrotó al imperialismo japonés desesperado por alcanzar la «esfera de coprosperidad de la gran Asia Oriental» y logró la histórica causa de emancipación nacional.
La liberación del país lograda por el presidente fue un gran evento registrado con letras doradas en los anales de la nación y sirvió de un motivo para el cambio drástico del destino del pueblo coreano, señala la agencia noticiosa de la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
Desde entonces el pueblo coreano comenzó la construcción de nueva patria bajo la guía del Presidente y nuestra Estado pudo presentarse ante el mundo como potencia socialista y país del pueblo con inagotable poder estatal.
Las imperecederas hazañas revolucionarias del presidente quien recuperó el país arrebatado por el imperialismo japonés y preparó el cimiento eterno para la prosperidad de la patria brillan en la historia de la nación, termina diciendo el editorial.
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