Prevista desde este viernes y hasta el venidero 18 de diciembre en las salas temporales uno y tres, la exposición revela diversos paisajes y entornos creados por computadoras, sumado a una alarmante naturaleza sobreexplotada, como consecuencia de la acción del ser humano.
Mediante el uso de la técnica del videomapping en seis instalaciones audiovisuales, los asistentes a la pinacoteca valorarán cómo, mediante la programación informática y la interacción con dispositivos, la irradiación adquiere la forma de figuras geométricas, espacios, sombras y volúmenes.
La exhibición, bajo la curaduría de Juliette Bibasse, reconoce la significación del medio ambiente, motivo esencial en la obra de Lemercier, considerado como pionero en el uso artístico de esa plataforma y cofundador del colectivo AntiVJ en 2018, sello visual centrado en la luz proyectada y su influencia en la percepción.
La selección visibiliza a partir de herramientas digitales la grandilocuencia de multiplicidad de panoramas naturales, aún no intervenidos por hombres y mujeres y basados en lugares reales, leyendas patrimoniales, experiencias personales y geografías imaginarias.
La serie denominada Fuji, por ejemplo, revela la magnificencia de los volcanes e incluye una vista a gran escala y dibujada a mano del monte homónimo, el pico más alto de Japón con tres mil 776 metros de altitud y creado por una erupción hace aproximadamente 100 mil años.
La pieza recrea una versión abstracta de la historia del cortador de bambú, narración del país asiático, y confluye con Paisajes posibles, conformada a partir de gráficos, imágenes de gran tamaño y líneas continuas, y Futuros deseables, espacio de meditación y contemplación.
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