La división territorial lideró el levantamiento con 14 casos de violencia contra líderes políticos, incluyendo cuatro homicidios, el equivalente al 12,4 por ciento de los incidentes en el país.
Citada por el portal Brasil de Fato, la indagación reveló también que la amenaza fue el tipo más común entre enero y marzo, sumando un 46 por ciento de los casos en todo el gigante suramericano.
La segunda violencia más ocurrida en el trimestre fue el homicidio, con 21 casos en el país.
Tales intimidaciones «forman parte de una estrategia mayor para diseminar el miedo», explicó la científica política y profesora de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo Rosemary Segurado, en una entrevista concedida al programa Central de Brasil, una asociación de Brasil de Fato con la red TVT.
«Sirve para hacer que las personas al sentirse amedrentadas por un teléfono, un mensaje, ellas dejen de ejercer su actividad política defendiendo sus ideales y su derecho democrático como ciudadano de participar activamente en el proceso político del país», señaló la docente.
Alertó asimismo sobre posibles causas de este aumento de la violencia política en este año electivo y consideró necesario que el Tribunal Superior Electoral (TSE) elabore mecanismos para garantizar elecciones democráticas.
«El liderazgo político máximo que debería garantizar este proceso de forma democrática, participativa es el que más estimula la violencia en todos sus actos, en todos sus gestos», aseveró.
Denunció que el mandatario de tendencia ultraconservadora Jair Bolsonaro desde que asumió el cargo en enero de 2019 «es uno de los líderes que difunde el discurso de odio».
El TSE informó el 9 de agosto que elabora una amplia campaña publicitaria contra la violencia política y esclarecer el concepto de libertad de expresión y derechos y deberes de los ciudadanos.
Según la corte, la idea es divulgar piezas que «expliquen de forma masiva la diferencia entre libertad de expresión y libertad de agresión».
La operación publicitaria, de acuerdo con el TSE, explicará qué tipo de conducta está prohibida, como la incitación a delitos, amenazas, agresiones y todo tipo de manifestaciones que atentan contra la libertad de expresión durante la campaña electoral y en la votación del 2 de octubre.
Citó, como ejemplo, la muerte del militante del Partido de los Trabajadores Marcelo Arruda, asesinado a tiros el 18 de julio por un partidario de Bolsonaro.
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