Cualquier persona que sea acusada por estos hechos sería investigada y sancionada si se demuestra su culpabilidad, prometió Lula en una entrevista con el Jornal Nacional de TV Globo.
Aprovechó la ocasión para denunciar la persecución que sufrió por la desactivada operación judicial Lava Jato que, sin pruebas, lo acusó de corrupción y cumplió 580 días de prisión política.
Casualmente el presentador William Bonner, quien participó en la campaña de calumnias contra el exgobernante, reconoció al principio de la entrevista que Lula fue absuelto por la Justicia.
«La Lava Jato se encaminó por un camino político», indicó el extornero mecánico, quien precisó que «el objetivo era condenar a Lula» y apartarlo de la carrera por el poder en el sufragio de 2018 que finalmente ganó el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
En su intervención, el líder petista aseveró que «en Brasil tenemos un problema serio: las personas son condenadas por los titulares de los periódicos. Echemos un vistazo a los daños. Por la Lava Jato tuvimos 4,4 millones de desempleados en este país».
Aludió a mecanismos creados por los gobiernos del PT (2003-2016) para combatir la corrupción, flagelo que «solo aparece cuando se permite que se investigue».
Durante cinco años fui masacrado y estoy teniendo hoy la primera oportunidad de hablar de eso en vivo con el pueblo brasileño, refirió Lula.
Recordó que en su administración (2003-2011) «creamos el Portal de la Transparencia, Ley de Acceso a la Información, contra el crimen organizado, lavado de dinero y la CGU (Controladoría General de la Unión) entró en el combate a la corrupción».
«Vamos a seguir creando mecanismos para investigar cualquier delito que ocurra en la maquinaria pública», anunció.
En otras preguntas, Lula respondió que como demócrata su gobierno adoptará una política exterior de pacificación, sin interferencia en otros países.
«Se necesita respetar la autodeterminación de los pueblos. Cada país cuida su nariz. Estoy tranquilo con mi relación internacional», apuntó.
El exdirigente obrero señaló que representantes de gobiernos de otras naciones están decepcionados con la política exterior de Bolsonaro. «Una avalancha de amigos desaparecidos visitarán Brasil. Ahora Brasil no tiene amigos», lamentó.
Finalmente, Lula, pretendiente favorito en todas las encuestas de opinión hacia la votación del 2 de octubre, remarcó que puede cuidar del pueblo brasileño, un país de futuro que «vamos a construir».
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