La plaza Hugo Chávez está situada en las cercanías del Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, y allí se refugian desde inicios de julio decenas de niños, embarazadas, ancianos, discapacitados y otros residentes.
Tuvieron que abandonar sus viviendas cuando se intensificaron los enfrentamientos entre las federaciones del G-Pep y el G-9 por el control de Cité Soleil, un extenso barrio pobre al norte de Puerto Príncipe.
El conflicto dejó al menos 300 fallecidos, según la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos, mientras la Oficina Integrada de Naciones Unidas denunció que más de 470 personas fueron asesinadas, heridas o permanecen desaparecidas como consecuencia de los choques hostiles.
Además de los desplazados en la plaza Hugo Chávez, más de 700 niños no acompañados también tuvieron que huir en medio de la guerra de los grupos armados y 300 de ellos se albergaron en la escuela Saint-Louis de Gonzague.
A mediados de este mes unos 76 menores fueron reunidos con sus padres gracias a la acción del Instituto de Bienestar Social y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
Sin embargo, para otros la situación es más complicada, en especial cuando el curso escolar está proyectado para iniciarse en dos semanas y no podrán permanecer en la institución académica.
Las autoridades todavía permanecen en silencio sobre la situación de estos ciudadanos, muchos de los cuales temen volver a sus hogares y otros que lo perdieron todo cuando las bandas incendiaron o destruyeron sus viviendas.
Desde abril son más de 20 mil las personas forzadas a refugiarse solo en la capital y sus alrededores, mientras aumenta el poderío de las pandillas que controlan un tercio del territorio nacional.
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