Un comunicado de esa cartera cifró en 159 el número de heridos por los enfrentamientos ocurridos ayer en la urbe.
El portal noticioso Ean Libya destacó que los choques estallaron cuando un grupo armado tiroteó una caravana de una fuerza rival que transitaba por una avenida.
Los combates se extendieron a varias áreas de la ciudad, lo cual desató el pánico en la población.
Ante la nueva crisis, el jefe del Consejo Presidencial libio, Muhammad al-Manfi, suspendió su visita oficial a Túnez y regresó al país.
El primer ministro designado por el Parlamento, Fathi Bashagha, y el dirigente del Gobierno de Unidad Nacional, Abdul Hamid Dbeibeh, intercambiaron acusaciones sobre la responsabilidad de los choques.
Luego de un fallido intento, Bashagha amenazó el pasado fin de semana con entrar por la fuerza en esta capital, controlada por su rival.
Tras un año de relativa calma, la tensión escaló en febrero, cuando el legislativo nombró a Bashagha como primer ministro interino en sustitución de Dbeibeh, quien anunció que solo entregará el poder a las autoridades emanadas de las urnas.
Este último y su gabinete están asentados en Trípoli mientras el ejecutivo de Bashagha tiene su sede en la oriental ciudad de Tobruk, donde también se encuentra el Parlamento.
El primero es respaldado por el Consejo Presidencial y el segundo tiene el apoyo del hemiciclo y de las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte en la zona oriental del país.
Libia vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.
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