La propuesta tiene el respaldo de dos de los principales gremios obreros del Reino Unido -Unison y Unite-, y sería discutida en la reunión anual de la central sindical Trade Union Congress (TUC) que tendrá lugar en la ciudad costera de Brighton en septiembre.
Aunque sin llegar a ser una ´huelga general´, lo que se buscaría es que las protestas que desde varias semanas ocurren en varios sectores económicos, estén sincronizadas, agregó la publicación, que citó fuentes gremiales.
Si vamos a hacer una huelga en los ómnibus del transporte público, ¿por qué no coordinamos las dos cosas?, se preguntó la secretaria general de Unite, Sharon Graham, cuyos mil 900 afiliados en el puerto de Felixstowe tienen paralizada las operaciones en la mayor terminal de contenedores del país desde hace ocho días.
Los empleados de correos, los trabajadores ferroviarios y los abogados también protagonizaron paros en las últimas semanas, y aunque los realizan por separado y de forma intermitente, todos tienen la misma demanda: un incremento salarial que les permita lidiar con una inflación récord del 10,1 por ciento, y que podría superar el 18 por ciento en 2023.
El llamado de los sindicatos a coordinar las huelgas sale a la luz dos días después de que el regulador de la energía anunció un aumento del 80 por ciento en el precio límite que las compañías de electricidad y gas podrán cobrar a sus clientes a partir del 1 de octubre.
En un artículo publicado este domingo en el Mail on Sunday, el primer ministro saliente del Reino Unido, Boris Johnson, admitió que vendrán tiempos muy duros, pero aseguró que su relevo, cuyo nombre será anunciado el 5 de septiembre, tomará medidas financieras para aliviar el impacto de la crisis.
La canciller Liz Truss y el exministro de Hacienda Rishi Sunak, quienes se disputan el liderazgo del Partido Conservador y el cargo de primer ministro que dejará vacante Johnson tienen, sin embargo, propuestas divergentes para lidiar con la carestía de la vida que afecta a millones de británicos.
Mientras Truss aboga por reducir los impuestos, Sunak dice que lo mejor sería aumentar la ayuda estatal a las familias de bajos ingresos.
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, considera, en cambio, que la solución está en congelar el aumento de la tarifa energética, y costear el impacto de esa medida con un gravamen único sobre las exorbitantes ganancias que obtienen las compañías petroleras y gasíferas.
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