En un discurso en el que también planteó otras iniciativas a sus homólogos de Bolivia, Luis Arce; Ecuador, Guillermo Lasso, y Perú, Pedro Castillo, dijo que la cita de gobierno de la región serviría para analizar la citada política que en 50 años ha fracasado.
Señaló la necesidad de sopesar si sa política “nos conduce a algún puerto o nos hunde en un pozo sanguinolento y antidemocrático”.
Indicó que la llamada guerra contra las drogas (impulsada por Estados Unidos, sobre todo en los países andinos) “causa cada vez más muertes y propicia violaciones de derechos humanos, quiebra las estructuras, desestabiliza las instituciones, carcome la democracia y lleva cada vez más a la violencia”.
Según el mandatario colombiano, en medio siglo de vigencia, esa política ha causado un millón de muertes de latinoamericanos y millones de encarcelados en Estados Unidos y América Latina.
En el mismo lapso, prosiguió, 70 mil estadounidenses han muerto por sobredosis de drogas distintas a la cocaína y contra las cuales no se ha declarado ninguna guerra.
De otro lado, destacó la importancia para la CAN, de tener como prioritaria en su agenda presente y futura la lucha contra el cambio climático que amenaza a la humanidad con su extinción.
Propuso en ese tema construir la integración andina en una red de energía renovable, aprovechando los ingentes recursos de agua, aire y viento en los países de la subregión.
También planteó fortalecer a la CAN con el retorno de Chile y Venezuela y la incorporación de Argentina y volver a los orígenes de la integración andina con la planificación multilateral y la expansión de la Universidad Andina Simón Bolívar, con sede en Quito, a los demás países de la subregión.
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