Ello ocurre luego de que la interrupción del suministro de gas por parte de Rusia a través de su principal gasoducto hacia Europa acentuó el temor a una crisis energética cada vez más profunda en la región.
En los últimos meses, el euro está cada vez más correlacionado con los precios del gas natural, y el primero cae cuando suben los valores de la fuente de energía.
Europa se esfuerza por desprenderse de los suministros rusos y acumular reservas antes de los fríos meses del invierno boreal, pero los inversores consideran que el golpe para su economía será enorme.
Rusia canceló el sábado el plazo para reanudar los flujos de gas por el oleoducto Nord Stream 1 debido a una fuga de aceite en una turbina. Esto coincidió con el anuncio por parte de los ministros de Economía del Grupo de los Siete de limitar el precio del petróleo ruso.
El euro llegó a caer a 0,9876 dólares en las primeras operaciones europeas, su nivel más bajo desde 2002, antes de recuperarse y cotizar con una baja de 0,2% a 0,9939 dólares.
Otras divisas vulnerables a la espiral de precios de la energía también caían. En las primeras operaciones, la libra esterlina llegó a ceder medio punto porcentual a un nuevo mínimo de dos años y medio de 1,1444 dólares.
El índice dólar, que mide el desempeño del billete verde frente a una cesta de divisas, alcanzó brevemente los 110,27, su nivel más alto desde junio de 2002, mientras el euro declinó.
En esta semana tan importante para el euro, los inversores también se preparan para la reunión del jueves del Banco Central Europeo (BCE) y los mercados valoran en casi un 80 por ciento la posibilidad de una subida de las tasas de interés de 75 puntos básicos (pb).
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