El límite diario de entradas al país se elevó a 50 mil de los 20 mil autorizados hasta ayer, en cumplimiento del anuncio realizado a finales de agosto por el primer ministro, Fumio Kishida.
Asimismo, se eliminó la obligatoriedad del certificado PCR (reacción en cadena de la polimerasa) negativo en el momento del arribo, siempre y cuando el viajero posee un esquema de vacunación de tres dosis.
Desde este miércoles, los turistas extranjeros podrán venir a Japón sin la mediación de una agencia de viajes que guíe sus recorridos.
En noviembre de 2021, el gobierno cerró las fronteras nacionales ante la rápida propagación de la variante Ómicron del coronavirus.
Las reglas estrictas encontraron fuertes críticas dentro de las comunidades empresarial y académica del país, diferente a la percepción popular.
El turismo receptor, que cayó cerca del 90 por ciento en 2020 con respecto al año anterior, es otro de los sectores económicos que más ha sufrido las prohibiciones de viaje, con pérdidas millonarias para la industria.
Solo 245 mil 900 visitantes foráneos llegaron a Japón el pasado año, la cifra más baja desde que se dispuso de datos comparables en 1964, reseñó la agencia Kyodo.
La gerente de la sucursal de All Nippon Airways en el aeropuerto de Tokio, Akiko Oyamada, declaró a la cadena de noticias NHK que la tendencia a la recuperación de los vuelos procedentes del exterior es lenta todavía, por lo cual esperaba una mayor relajación.
El país de más de 125 millones de habitantes enfrenta una séptima ola pandémica con predominio de la cepa altamente infecciosa BA.5, de la variante Ómicron del nuevo coronavirus.
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