Según el presidente del Banco Central Alemán (Bundesbank), Joachim Nagel, el organismo financiero europeo “no se dejará influir en su lucha contra una inflación récord por las sombrías perspectivas económicas”.
Si bien no no se puede descartar que haya tasas de crecimiento más bajas o una recesión, “la estabilidad de los precios es, al final, mucho más importante para el crecimiento a mediano y largo plazo y para (una) buena perspectiva económica para la eurozona», dijo durante una entrevista con la radio local.
El también miembro del Consejo de Gobierno del BCE espera que el crecimiento de los precios se acelere en Alemania y que la inflación supere el 10 por ciento anual en diciembre.
De ahí que las previsiones de inflación anual para 2023 sean claramente demasiado altas, con más del seis por ciento, cuando el BCE tiene como objetivo una tasa del dos por ciento.
Desde su perspectiva, existen señales de que la inflación se extiende en muchas áreas y la política monetaria debe ahora «apretar» considerablemente.
Sobre las próximas negociaciones entre sindicatos y empleadores en Alemania, el presidente del Bundesbank expresó su confianza en que los interlocutores salariales «mostrarán su responsabilidad».
El jueves, el BCE subió los tipos de interés oficiales en 0,75 puntos, el mayor aumento de su historia, para hacer frente a un incremento marcado del índice de precios al consumidor a raíz del conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia.
Expertos en el tema señalan que los organismos bancarios se encuentran actualmente en un dilema: tienen que endurecer la política monetaria si quieren luchar contra la inflación, pero esto saca dinero de la economía, lo que frena el crecimiento.
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