Ese territorio del sureste podría estar listo para usar esa modalidad aún no probada para ejecutar a Alan Miller, condenado por triple asesinato en 1999 y cuya sentencia original se programó mediante inyección letal para el próximo 22 de septiembre, reveló James Houts, fiscal general adjunto del estado.
La revelación sobre la posibilidad de utilizar el nuevo método se produjo durante una audiencia judicial realizada debido a la afirmación de Miller de que el personal penitenciario perdió hace varios años la documentación donde solicitó el nitrógeno como método de ejecución, en lugar de la inyección letal.
Según la abogada del recluso, Mara Klebaner, el equipo legal del reo necesita más información sobre el proceso de nitrógeno y no aceptará ciegamente su uso.
Los abogados de Miller no quieren que el imputado, preso en la cárcel de Holman en la ciudad de Atmore, sea el caso de prueba para un método de muerte no probado, dijo.
El fiscal Houts agregó que la decisión final sobre su empleo depende del Comisionado de Correccionales, John Hamm.
La hipoxia por nitrógeno, que se supone causa la muerte debido al suministro de nitrógeno en vez de oxigeno, es legal en Alabama y en Oklahoma para las ejecuciones pero nunca se ha utilizado.
Un estudio divulgado el pasado año por el Centro de Información sobre la Pena de Muerte reveló que, de todas las condenas a muerte dictadas desde 1973, más de nueve mil 600, fueron exonerados 185 presos después de haber sido encarcelados injustamente.
Según la fuente, hasta el año pasado, hubo mil 532 ejecuciones en Estados Unidos desde 1976.
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